El 3I/ATLAS, el tercer objeto interestelar conocido que ha ingresado a nuestro sistema solar, se está convirtiendo en un misterio cada vez más profundo. Tras su reciente paso cercano al sol, el objeto ha comenzado a mostrar una serie de comportamientos inexplicables, incluida una compleja estructura de chorros y la detección de una señal de radio, lo que ha reavivado el debate sobre su verdadero origen.
Nuevas imágenes revelan una estructura compleja
A medida que el 3I/ATLAS emerge de su paso más cercano al sol el 29 de octubre de 2025, los astrofotógrafos Michael Jäger, Gerald Rhemann y Enrico Prosperi han capturado las primeras imágenes detalladas del objeto. Las fotografías, publicadas en la página de Observaciones de Cometas ICQ, muestran que el objeto ha sido afectado por el calor solar, pero de una manera inesperada.
En lugar de una cola cometaria tradicional, las imágenes revelan una estructura de chorros compleja, con al menos siete chorros distintos que emanan del objeto en varias direcciones. Algunos de estos chorros incluso apuntan hacia el sol, un fenómeno conocido como “anticola” que es atípico para un cometa natural. Las fotos también muestran un gran halo brillante que se extiende hasta medio millón de kilómetros alrededor del núcleo.
Trayectoria de salida y visibilidad
El 3I/ATLAS alcanzó su perihelio (punto más cercano al sol) el 29 de octubre, pasando a aproximadamente 1.36 unidades astronómicas (UA) de nuestra estrella. Ahora está abandonando el sistema solar, pero aún no ha realizado su paso más cercano a la Tierra. Se espera que eso ocurra alrededor del 19 de diciembre de 2025, cuando esté a una distancia de aproximadamente 1.8 UA (unos 270 millones de kilómetros).
Actualmente, el objeto es difícil de observar desde la Tierra, ya que se encuentra perdido en el resplandor del sol. Sin embargo, algunos fotógrafos veteranos han logrado capturarlo justo antes del amanecer. No se espera que el cometa vuelva a ser visible a través de telescopios de aficionados hasta alrededor del 11 de noviembre.
Es importante destacar que el 3I/ATLAS nunca será visible a simple vista. Se necesitará un telescopio de al menos 8 pulgadas (20 cm) o más grande para poder observarlo. El mejor momento para intentar verlo será probablemente a finales de noviembre, cuando todavía se encuentre en el cielo matutino.
Observaciones científicas y anomalías
Varias misiones y observatorios están siguiendo de cerca al 3I/ATLAS. El explorador de lunas heladas de Júpiter (JUICE) de la ESA observará el cometa entre el 2 y el 25 de noviembre. Dada la proximidad de la sonda al objeto poco después de su perihelio, se espera que JUICE obtenga la mejor vista de un cometa en un estado muy activo. Sin embargo, el equipo de JUICE no espera recibir los datos de estas observaciones hasta febrero de 2026.
Otras sondas, como Juno de la NASA cerca de Júpiter, estarán demasiado lejos para estudiar los chorros en detalle. Los científicos han determinado que ninguna de las sondas actuales podrá interceptar o estudiar directamente las partículas de estos chorros debido a las enormes distancias involucradas.
El misterio se profundizó el 24 de octubre, cuando el radiotelescopio MeerKAT en Sudáfrica detectó la primera señal de radio procedente del 3I/ATLAS. El telescopio captó líneas de absorción de radio de radicales de hidroxilo (moléculas OH), después de haber fallado en intentos anteriores en septiembre. Este objeto también ha mostrado otros comportamientos extraños desde julio, incluyendo un cambio de color a un tono más azul que el sol, un brillo extremo, una aceleración no gravitacional y un cambio repentino en su velocidad y trayectoria cerca del sol.
La polémica teoría de un origen artificial
Estas anomalías han llevado al físico teórico Abraham (Avi) Loeb, profesor de la Universidad de Harvard, a cuestionar la naturaleza del 3I/ATLAS. Loeb, conocido por sus posturas controvertidas sobre objetos interestelares anteriores, ha sugerido que el objeto podría no ser un cometa natural.
Loeb ha señalado varias inconsistencias: la trayectoria del objeto, que describe como un “recorrido perfecto” por nuestros planetas cercanos; su coloración inusual; y su aparente aceleración, que podría sugerir un motor interno. El descubrimiento de los chorros ha añadido más leña al fuego. En su blog, Loeb preguntó: “¿Está la red de chorros asociada con bolsas de hielo en la superficie de un núcleo cometario natural, o provienen de un conjunto de propulsores a chorro utilizados para la navegación de una nave espacial?”.
El científico de Harvard calcula que la probabilidad de que un objeto natural de este tamaño (más de 10 km de diámetro) entre en nuestro sistema solar en esta trayectoria específica es de “una en cien millones”. Si bien la gran mayoría de la comunidad astronómica sigue convencida de que se trata simplemente de un cometa grande y peculiar, las anomalías del 3I/ATLAS continúan desafiando las explicaciones convencionales.